El espionaje es una práctica condenada por la sociedad en todos sus niveles, pues no es aceptable en el ámbito personal, ni laboral y mucho menos político.
La semana pasada los medios de comunicación y las sociedades en el entorno global estuvieron atentos a los comentarios del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, quien hasta hace unos meses aparentemente desconocía que los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) incluían la intervención de los teléfonos de líderes mundiales.
Luego de casi cinco años, al enterarse de la situación, Obama ordenó su suspensión este verano, según lo diera a conocer el diario The Wall Street Journal (WSJ).
La decisión se produjo después de que una investigación interna, impulsada por la Casa Blanca para comprobar la existencia de un equilibrio adecuado entre la seguridad y el derecho a la privacidad de todos los ciudadanos del mundo, revelara que la NSA estaba vigilando las comunicaciones de cerca de 35 líderes mundiales, entre ellos el teléfono celular de la canciller alemana, Angela Merkel.
Éste fue el primer reconocimiento explícito por parte de Estados Unidos tras las publicaciones aparecidas en el diario británico The Guardian, basadas en documentos filtrados por el ex técnico de la CIA, Edward Snowden, acerca del espionaje masivo de la NSA.
El argumento de que el mandatario no estaba enterado de lo ocurrido se basa en que los cargos subalternos se comisionan de tomar las decisiones sobre objetivos específicos relacionados a los servicios de inteligencia, cuyos programas de espionaje están dirigidos a garantizar la seguridad de los ciudadanos norteamericanos.
Los funcionarios de Estados Unidos confirmaron al WSJ que se había puesto fin a la vigilancia de las comunicaciones de Merkel y otros líderes, pero que algunos programas seguían en funcionamiento porque estaban dando resultados de inteligencia positivos; lo que de manera inminente provocó una ola de indignación en Europa y el resto del mundo.
Al respecto, legisladores estadunidenses señalaron que Estados Unidos debe buscar reparar sus relaciones con países a los que ha espiado como Alemania, Francia y México, y definir que es inapropiado espiar contra países aliados. Dianne Feinstein, presidenta de la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense declaró que “A menos que Estados Unidos se encuentre en hostilidades con un país o haya una necesidad de emergencia de este tipo de vigilancia, no creo que Estados Unidos deba recolectar llamadas telefónicas o correos electrónicos de presidentes y primeros ministros aliados”.
Como un acto de venganza por el espionaje que su país realizara a diversos líderes globales, el 28 de octubre pasado la página web oficial, la cuenta de Twitter @BarackObama y el perfil de Facebook del presidente Barack Obama fueron hackeados durante un breve lapso.
El ataque se lo atribuyó un grupo llamado “Syrian Electronic Army” (SEA), que supuestamente está compuesto por partidarios del presidente sirio, Bashar al-Assad, quienes señalaron a través de Twitter: “Obama no tiene reparos éticos a la hora de espiar al mundo, así que nosotros asumimos la tarea de devolverle el favor”.
SEA alteró el contenido de mensajes enviados a través de las redes sociales a nombre del presidente norteamericano, ya que modificó los links de la cuenta para que los visitantes fueran redirigidos a un video con escenas de violencia. “Una cuenta de nuestro abreviador de enlaces fue hackeado”, confirmó un vocero del grupo Organizing for Action (OFA), que gestiona la campaña de Obama y controla sus cuentas en redes sociales, a la revista Time.
Anteriormente el grupo ya se había atribuido ataques contra cuentas de Twitter del diario Financial Times, la cadena británica BBC y la agencia de noticias AP; e incluso intervino la página del diario The New York Times, cuyo portal de noticias no se pudo visitar durante horas.
Desde septiembre, el FBI advirtió coincidiendo con un intento de ataque a la web de reclutamiento de la Infantería de Marina, que el grupo podría intensificar sus ataques de Internet si el país actuaba contra Siria.
Procesarán a británico gracias a la Ley de Abusos Informáticos
Por otra parte, el ciudadano de Reino Unido, Lauri Love, fue acusado formalmente de haber interceptado de manera ilegal el sistema informático del Ejército de Estados Unidos, la NASA y otras agencias federales de ese país, informó un portavoz de la Agencia del Crimen Nacional (NCA) británica.
Love fue puesto en libertad bajo fianza hasta el próximo febrero, tras ser arrestado en virtud de la llamada Ley de Abusos Informáticos (CMA, en inglés), la cual permite que un individuo pueda ser detenido por lanzar ataques desde Reino Unido contra computadoras de cualquier parte del mundo.
Esto nos demuestra que aunque el Internet brinda la posibilidad de estar comunicados y de difundir nuestras ideas, existen ojos vigilantes en todo el mundo que están atentos a lo que escribimos, por lo que los “vengadores” no están del todo a salvo.
Autor : Fernanda Ramírez
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